Entrevista a Issac Yana Zegarra, ingeniero agrónomo de la UNSA
Por: Andrés Huayta
En medio de una ciudad cada vez más afectada por la contaminación, el crecimiento urbano desordenado y la falta de espacios públicos naturales, el ingeniero agrónomo Issac Yana Zegarra, docente en la Universidad Nacional de San Agustín, advierte sobre la urgente necesidad de recuperar y ampliar las áreas verdes en Arequipa. En esta entrevista, explica por qué son vitales para la salud física y mental, pero también por qué no basta con que las autoridades actúen: la ciudadanía también debe asumir su rol.
¿Cómo define usted la importancia de las áreas verdes, especialmente en una ciudad como Arequipa?
Un área verde no solo es un espacio con plantas. Es un lugar donde interactúan tres cosas fundamentales: la naturaleza, la tradición y la cultura. En Arequipa, esa interacción se potencia gracias a la campiña, que también suma al concepto de área verde. La presencia de árboles y vegetación no solo mejora la calidad del aire, sino que también mitiga la radiación solar, que aquí es altísima. Y, lo más importante, está comprobado que tener un área verde cerca de casa reduce el estrés y mejora la salud mental de las personas.
Desde su experiencia, ¿las autoridades han tomado en serio este problema?
Lamentablemente, no. Según las recomendaciones de la OMS, cada habitante debería contar con nueve metros cuadrados de área verde. En Arequipa ni siquiera llegamos a uno. Eso es muy preocupante. Esta es una situación que arrastramos desde hace décadas, y las entidades responsables no han asumido su rol como deberían: no se avanza en reforestación, ni en la implementación de parques ecológicos o áreas sostenibles. Hace falta dejar de proponer y empezar a actuar.
Pero más allá del rol del Estado, ¿qué responsabilidad tiene la ciudadanía?
Una gran parte. No basta con que las municipalidades planten árboles o construyan parques si luego la gente no los cuida. Vemos casos donde las familias van a la campiña, comen y dejan la basura tirada. O pisan las áreas verdes pese a los letreros que lo prohíben. Esa irresponsabilidad lleva a que las municipalidades enrejen los parques, limitando su uso público. El espacio verde debe ser de todos, pero también debe ser respetado por todos.
¿Qué soluciones simples pueden aplicarse desde casa?
Se puede empezar con lo básico: cuidar un árbol, regarlo si notamos que se seca, exigir a las autoridades mantenimiento, o formar pequeñas iniciativas vecinales. También podemos tener plantas en casa. No todas requieren cuidados complejos. Una suculenta o un cactus, por ejemplo, son opciones sencillas para oficina o departamentos.
¿Y si alguien tiene espacio en casa para un pequeño huerto?
Mucho mejor. Nosotros siempre animamos a eso. Hay cultivos fáciles como el aguaymanto, una planta nativa, muy rica en vitamina C y de poco cuidado. También se puede cultivar cebolla, acelga o rabanito. No se necesita ser experto, solo tener disciplina, tiempo y algo de motivación. Cuidar una planta y ver cómo crece puede ser muy satisfactorio.
El mensaje es claro: las áreas verdes no son un lujo, son una necesidad. Arequipa necesita más árboles, más espacios para respirar, pero también necesita ciudadanos conscientes. No esperemos solo que las autoridades actúen. Todos podemos ser parte del cambio, incluso con una maceta en casa.
