Por: Maria T.
Greta Thunberg y decenas de activistas internacionales fueron detenidos por las fuerzas israelíes tras la interceptación de una flotilla que llevaba ayuda humanitaria hacia Gaza. Los barcos fueron abordados en aguas internacionales, a unos 130 km de la costa.
Israel trasladó a los más de 400 tripulantes al puerto de Ashdod para su deportación. El gobierno israelí calificó la misión como una “provocación”, mientras que la organización Flotilla Global Sumud denunció que la operación fue “ilegal” y que sus embarcaciones fueron embestidas y atacadas con cañones de agua.
La interceptación provocó una ola de reacciones internacionales. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, expulsó a los diplomáticos israelíes y rompió el acuerdo comercial vigente. Desde la ONU, Volker Türk pidió levantar el bloqueo a Gaza y permitir la entrada de ayuda humanitaria sin obstáculos.
Greta Thunberg defendió la misión como un acto pacífico frente al aislamiento de Gaza. “Por muy peligrosa que sea esta travesía, no es tan peligrosa como el silencio del mundo ante un genocidio transmitido en vivo”, afirmó antes de zarpar.


