Por Andrés Huayta
En Arequipa, la ciudad blanca de los volcanes y el cielo despejado, los parques y áreas verdes se marchitan en silencio. Lo que alguna vez fueron espacios de esparcimiento y encuentro, hoy son testigos del olvido y la desidia.
En el distrito de Cerro Colorado, los vecinos de Villa Corpac denuncian que los parques llevan más de un mes y medio sin mantenimiento. El pasto seco, los juegos oxidados y la basura acumulada son parte del paisaje cotidiano . Situaciones similares se viven en Alto Selva Alegre, donde el parque Javier Heraud ha estado abandonado por más de una década, afectando la calidad de vida de los residentes .
La situación no es aislada
En Paucarpata, al menos cinco parques del sector 15 de Enero llevan más de cuatro años sin mantenimiento. Las estructuras de juegos se caen a pedazos y el césped ha sido reemplazado por tierra y polvo . En el centro de la ciudad, los parques adyacentes al puente Grau, como el parque Héroes Navales, presentan áreas verdes desaparecidas y estructuras recreativas deterioradas .
La pérdida de áreas verdes no solo afecta la estética urbana, sino también la salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud, se recomienda un mínimo de 9 m² de área verde por habitante. Sin embargo, en Arequipa, este indicador ha disminuido a 3.3 m² por habitante, evidenciando un déficit alarmante .
Además, el crecimiento urbano descontrolado ha contribuido a la desaparición de la campiña arequipeña. En los últimos 80 años, la ciudad ha perdido el 90% de su campiña, pasando de 1,046 m² por habitante en 1940 a solo 118 m² en 2019 .
Frente a este panorama, se han propuesto iniciativas como la creación de un gran parque zonal en las chacras de Lambramani, que incluiría un jardín botánico y espacios para la promoción ambiental . Sin embargo, estas propuestas aún no se han concretado.
Los vecinos de diferentes distritos exigen a las autoridades acciones concretas para recuperar y mantener los espacios verdes de la ciudad. La salud y el bienestar de los arequipeños dependen, en gran medida, de la existencia de estos pulmones verdes que hoy claman por atención.