Por: MTC
El ministro de Educación, Morgan Quero, llego al colegio Julio C. Tello en Ate resguardado, donde la tragedia reciente del asesinato del docente Julio César Pacheco Pimentel, ocurrido frente a sus alumnos, aún resonaba en el aire.
La escena mostraba padres de familia y estudiantes visiblemente consternados, sumidos en el dolor y la indignación por la violencia que había irrumpido en su comunidad educativa. Durante su visita, Quero intentó ofrecer consuelo y seguridad, prometiendo que se implementarían medidas para proteger a los estudiantes y docentes.
“Estamos aquí para acompañar a nuestra comunidad y honrar la memoria de Julio César Pacheco. ¡Presente!”, proclamó en un intento de galvanizar a los presentes. Sin embargo, sus palabras parecían insuficientes ante el clamor de justicia que emanaba de los asistentes, quienes buscaban acciones concretas más que meras promesas.
“¿Viene a saludarnos? Queremos seguridad, no saludos vacíos. Este asesinato debería haber sido una llamada de alerta mucho antes. Ha tenido que morir un maestro para que ahora estén aquí”, expresó con frustración y dolor, una madre que se atrevió a confrontarlo.