Por: Andrés Huayta
Arequipa, Perú – En el corazón de Arequipa, entre las letras, los ángeles y las sombras de la sociedad actual, Miguel Ángel Pazán —más conocido en el mundo literario como Miguel Arcanos— se abre paso con una pluma filosa, sincera y profundamente crítica. Escritor, editor y coach literario, Miguel no solo produce literatura, sino que da forma a las historias de otros, especialmente talentos arequipeños que, como él, buscan redención a través de las palabras.
“Vivimos en una sociedad enferma. Y los escritores no lloramos ante el padre, escribimos. Escribimos para sobrevivir”, sentencia Miguel en una conversación intensa, teñida de realismo y de esperanza creativa.
Un seudónimo nacido de los ángeles y la lucha espiritual
El nombre Arcanos no es casualidad. Surge mientras investigaba para su obra “Lo que un ángel no ve”, una historia donde el amor y lo celestial se entrecruzan. “Estudiando sobre la angelología, descubrí los dominios y principados, y me encontré con el término Arcanos, el ‘maná’ de los arcángeles”, relata. De ahí nació el seudónimo que hoy lleva con orgullo.
En ese proceso, Miguel se identifica con el arcángel Miguel, el guerrero celestial, porque él también siente que lucha contra “el demonio que anda suelto en la sociedad actual”.
De la burbuja familiar al infierno social: un despertar personal
La entrevista revela una historia de transformación dolorosa. Miguel cuenta que vivió muchos años “en una burbuja”, creyendo en la protección de su núcleo familiar. “Renuncié a todo por cuidar a mi familia. Pero cuando esa cúpula se desmorona, ves la sociedad tal cual es: un lugar lleno de máscaras, de hipocresía, donde lo malo se normaliza”, afirma con firmeza.
Ese despertar lo motivó a escribir “Liliet”, su próxima novela, cuyo título hace alusión a la figura demoníaca femenina de la tradición hebrea (Lilith). El libro, que se encuentra en proceso de construcción, es una metáfora del deterioro ético y moral de la sociedad contemporánea.
“Liliet está inspirada en la esposa del diablo. Y está en todos lados. En los colegios, en las familias, en la política. La realidad ha superado por completo a la ficción”, dice Miguel, quien espera llevar la obra a plataformas como Netflix.
La literatura como catarsis colectiva
Pero Miguel no escribe solo para sí mismo. A través de su editorial, también impulsa los libros de otros, como el caso de un vendedor callejero de libros, conocido como “el señor Andrés”, a quien ayudó a publicar. Para él, todos tienen una historia que merece ser contada.
“Muchos vienen con un ladrillo. Yo les ayudo a hacer una obra de arte. La vida tiene tanto dolor acumulado que escribir es una forma de liberación. Incluso si no sabes escribir, puedes empezar”, enfatiza en sus talleres de coaching literario.
Un llamado al cambio desde las letras
El escritor lanza una crítica abierta al mundo actual: la banalización del mal, la doble moral, la pérdida de valores, y cómo incluso las instituciones que deberían educar, sanar o inspirar (como el deporte o la medicina), se ven infiltradas por una ética enferma.
“Todo se ha normalizado: la infidelidad, la corrupción, la violencia. Ya no escandaliza. Y ese es el mayor peligro: que dejemos de sentir”, reflexiona.
Miguel Arcanos no solo es un autor, es un cronista emocional de nuestra época. Sus libros, proyectos y discursos interpelan al lector, le sacuden, y le invitan a mirar dentro de sí mismo. En un mundo plagado de apariencias, su voz destaca por su crudeza y su esperanza subterránea.
“La literatura no cambia el mundo, pero cambia a quien la escribe y a quien la lee. Y eso ya es una revolución.”