Por: Maria T.
Marruecos vive sus protestas más intensas en años. Tres personas murieron en los últimos días durante enfrentamientos entre manifestantes y la policía, en medio de una ola de movilizaciones que empezó el sábado.
Miles de jóvenes salieron a las calles en Rabat, Casablanca, Tánger, Agadir y Marrakech para rechazar los millonarios gastos en estadios del Mundial 2030, mientras los hospitales y colegios públicos atraviesan una grave crisis. “No queremos el Mundial, queremos salud”, gritan en las marchas.
El gobierno asegura que respeta el derecho a protestar, pero los choques se han multiplicado. Hay más de 400 detenidos, 260 policías y 20 manifestantes heridos, además de decenas de autos y edificios incendiados. Críticos denuncian represión, con detenciones incluso por dar entrevistas.
El movimiento, bautizado como GenZ 212, no tiene líderes visibles y se organiza desde redes sociales. Sus reclamos recuerdan a la Primavera Árabe de 2011, pero ahora el detonante es claro: desempleo juvenil de casi 36% y un país que invierte en estadios mientras la gente exige hospitales.


