Por: Andrés Huayta
Arequipa, la segunda ciudad más poblada del Perú, enfrenta una crisis en su sistema de transporte público. La informalidad y la falta de unidades adecuadas han convertido el desplazamiento diario en una pesadilla para miles de ciudadanos.
Una ciudad que crece sin infraestructura adecuada
Según el programa «Habla Perú» de TVPerú, los habitantes de Arequipa expresan su malestar por la situación del transporte. Una vecina de Cayma comenta: «El servicio es pésimo. Esperar 30 a 40 minutos y, peor aún, esperar para que venga lleno, no tiene sentido». Otra pasajera añade: «A veces esperas bastante tiempo y cuando llega el carro, está tan lleno que se pasan de frente» .
La ciudad ha crecido significativamente en las últimas décadas, pero el sistema de transporte no ha evolucionado al mismo ritmo. Las unidades existentes no se dan abasto para la población, y muchos ciudadanos se ven obligados a viajar colgados en los buses, especialmente en las horas punta.
Un sistema en pausa: el proyecto de transporte integrado
Hace más de 20 años se presentó el Sistema Integrado de Transporte (SIT) como una solución a este problema. Sin embargo, el proyecto ha avanzado lentamente. Hasta la fecha, solo se han concesionado 11 rutas y se ha renovado parcialmente la flota. Actualmente, el SIT se encuentra en una etapa preoperativa con apenas un 30% de avance.
La voz de los expertos: una mirada crítica
Gabriel Damiani, gerente del Centro Histórico y Zona Monumental de Arequipa, señala que el problema del transporte es solo una manifestación de una crisis más profunda en la ciudad. «La gente parece haber perdido el horizonte de cómo comportarse correctamente», afirma. Damiani destaca la importancia de educar a la población sobre el valor del Centro Histórico y la necesidad de una transformación cultural para mejorar la convivencia urbana
Un llamado a la acción
El transporte público en Arequipa es un reflejo de los desafíos urbanos que enfrenta la ciudad. La informalidad y la falta de infraestructura adecuada afectan la calidad de vida de los ciudadanos y limitan el desarrollo económico y social. Es urgente que las autoridades y la sociedad civil trabajen juntas para encontrar soluciones sostenibles que mejoren la movilidad y la convivencia en la ciudad.