Por: Andrés Huayta

El presidente del cuerpo medico, Richard Hernández, del Hospital Honorio Delgado Espinoza criticó duramente la asignación presupuestal al nosocomio, asegurando que el verdadero problema no es la falta de dinero, sino la mala gestión y la costumbre de administrar recursos insuficientes.

“Lo que ocurre no solo en Arequipa sino en todo el país, es que administramos pobreza. Nos dan la tercera parte de lo que realmente necesitamos y se espera que brindemos una atención de calidad”, expresó. Según indicó, el hospital ha recibido alrededor de 40 millones de soles, cuando solo para reponer equipos se necesitan cerca de 180 millones.

A pesar de esta crítica situación, el hospital continúa brindando atención con los escasos recursos que posee. “Gracias a la confianza de la población, seguimos atendiendo. Pero lo hacemos con equipos que funcionan a media máquina, con infraestructura deficiente y sin el personal suficiente”, lamentó.

El presidente señaló también que el Seguro Integral de Salud (SIS) mantiene una deuda de aproximadamente 60 millones de soles con el hospital, la cual no ha sido reconocida ni atendida por las autoridades.

Déficit acumulado por años

El presupuesto solicitado por el hospital no es reciente. Ya desde el 2010 se venían presentando pedidos para renovar equipos médicos y mejorar la infraestructura, pero la indiferencia de gestiones anteriores ha generado una brecha presupuestal enorme. “Lo que antes costaba 5 o 10 millones, hoy cuesta 180 millones. Si seguimos postergando esta inversión, el próximo año serán 300”, advirtió.

Entre los equipos más urgentes que necesita el hospital están electrocardiógrafos, arcos en C y torres de laparoscopía. “Lo que pedimos es lo básico. Si habláramos también de infraestructura y personal, el monto sería mucho mayor”, remarcó.

Problema estructural en el sistema de salud

Para , el problema no se limita solo al Hospital Honorio Delgado. Arequipa, con más de un millón de habitantes, sigue dependiendo de solo dos grandes hospitales públicos: Honorio Delgado y Goyeneche. “La ciudad ha crecido, pero no su sistema de salud. Es momento de que cada distrito cuente con un hospital de nivel 2. Mientras tanto, Honorio Delgado debería especializarse en casos más complejos, no en apendicitis”, subrayó.

Finalmente, hizo un llamado a las autoridades para que se actúe con decisión y se incluya un mayor presupuesto para el hospital en el próximo año. “Las buenas intenciones no bastan. Se necesita voluntad política y acciones concretas. El hospital no puede seguir esperando”, concluyó.

Luego de una tensa reunión frente a la Municipalidad de Mollebaya, los vecinos del distrito expresaron su indignación hacia el alcalde Tito Zegarra, a quien calificaron de mentiroso por no cumplir sus promesas de campaña, especialmente la entrega del servicio de agua potable.

Una de las principales demandas es el acceso a agua tratada, ya que, según los dirigentes, hasta ahora solo reciben agua clorada por una o dos horas al día. Esta situación ha generado problemas de salud en niños, como casos frecuentes de diarrea. “Es inhumano que sigamos así. El agua es un derecho”, reclamó una vecina.

El proyecto de instalación de agua potable, iniciado por la gestión anterior, quedó paralizado. La actual autoridad prometió culminarlo sin costo adicional para los pobladores, pero tras asumir el cargo, detuvo la obra y la derivó a Contraloría. Hasta hoy, no hay fecha concreta para su reactivación.

Otro reclamo apunta al presupuesto destinado para la construcción del local de CUNAMAS, que, según los dirigentes, ya estaba asegurado por la gestión anterior. Sin embargo, el alcalde habría redirigido esos fondos sin consultar a los dirigentes vecinales. “Nos dijeron que ese presupuesto se usaría en otra zona, pero nunca se nos informó ni se nos pidió opinión”, comentaron.

Además, denuncian que las obras en ejecución, como una losa deportiva, presentan deficiencias antes de su entrega. “Las mallas están sueltas y el piso ya se está levantando”, advirtieron.

Durante la manifestación también se acusó al alcalde de favorecer solo a algunos presidentes de asociaciones, con quienes se reúne constantemente y reparte beneficios. “Siempre son los mismos tres, cercanos a él. A los demás no se nos toma en cuenta”, reclamaron.

La población anunció que, si en tres meses no se inician las obras prometidas, volverán a protestar. Mientras tanto, una comisión vecinal acompañará al alcalde a la Contraloría para exigir explicaciones claras sobre los proyectos paralizados.

Finalmente, pidieron al alcalde que camine por los asentamientos humanos y escuche a la gente. “Así como vino en campaña a pedir votos, que vuelva a ver cómo vivimos”, concluyó uno de los dirigentes.