En medio de fuertes medidas de seguridad, las autoridades castrenses y algunos representantes de la sociedad civil llevaron a cabo la ceremonia por el Día de la Bandera, que consistió en un paseo del símbolo patrio y el izamiento.
Una vez más brillaron por su ausencia el gobernador regional Richard Hancco, el alcalde Javier Ponce, el presidente de la Corte Superior de Justicia y otras autoridades. Esto se debe a las matanzas cometidas por la policía, lo que ha generado un cierto distanciamiento entre la sociedad civil y las fuerzas del orden.
Un detalle anecdótico de este año es que la bandera usada para el paseo estaba colocada al revés, de manera que el escudo apuntaba hacia la dirección contraria a la habitual en este tipo de eventos.
También llamó la atención la presencia de numerosos efectivos en los principales accesos a la Plaza Mayor de la ciudad de Puno, lo cual daba la impresión de ser un evento privado o excluyente, solamente para militares y sus familias.