Por: Andrés Huayta
Una preocupación de salud pública empieza a tomar fuerza nuevamente en el país: la tos ferina. Se trata de una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque por muchos años se pensó que estaba bajo control, este 2025 se reporta un incremento de casos en distintas regiones, incluida Arequipa. Los brotes actuales se explican en gran parte por el desfase que dejó la pandemia: durante esos años, miles de niños no completaron su esquema de vacunación, ya sea por la escasa disponibilidad de vacunas o por el temor de acudir a los centros de salud.
¿Qué es la tos ferina?
La tos ferina, también conocida como coqueluche, es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta principalmente a los niños no vacunados, pero también puede manifestarse en adolescentes y adultos que han perdido su inmunidad con el tiempo.
El doctor Paz explica que, aunque parecía controlada, la tos ferina ha resurgido en los últimos años, especialmente tras la pandemia. La interrupción en los programas de vacunación, tanto por falta de oferta como de demanda, ha generado un rebrote que hoy preocupa a los médicos del país.
La enfermedad de los “100 días”
La tos ferina se desarrolla en tres fases:
- Fase catarral (1 semana): síntomas similares a un resfriado común: moqueo, estornudos, fiebre leve, dolor de garganta.
- Fase paroxística (4 a 6 semanas): aparece la tos severa, con episodios prolongados e incontrolables, vómitos, labios morados y un característico “gallito inspiratorio”.
- Fase de recuperación (hasta 8 semanas): la tos cede progresivamente, pero pueden surgir complicaciones como neumonía, apnea o desnutrición, especialmente en bebés menores de seis meses.
Esta es la razón por la que también se le conoce como “la tos de los cien días”.
Las vacunas: una defensa eficaz
Gracias a la vacunación, enfermedades como la viruela han sido erradicadas. El Perú estuvo cerca de lograrlo también con la poliomielitis y el sarampión. Sin embargo, campañas antivacunas y el descuido institucional y familiar han frenado este avance.
«Las vacunas no sólo protegen al niño, sino también a los adultos mayores que podrían contagiarse», enfatiza el doctor Paz. Por eso se recomienda el refuerzo con la DPT acelular en adolescentes y adultos, especialmente quienes conviven con bebés.
¿Hay tratamiento para la tos ferina?
Sí. El tratamiento incluye antibióticos como la azitromicina, que no solo ayudan a reducir síntomas sino que evitan que el paciente siga contagiando. Sin embargo, es crucial no automedicar. Los jarabes, broncodilatadores o antihistamínicos pueden empeorar la condición si no están indicados.
El doctor Paz advierte que el tratamiento debe ser temprano, y que en casos complicados, sobre todo en niños menores, puede ser necesario hospitalizar al paciente.
También afecta a los adultos
Aunque se piensa que es una enfermedad infantil, la tos ferina también puede aparecer en adultos. La diferencia es que, en ellos, los síntomas son más leves y se confunden fácilmente con un resfriado. Sin embargo, al no detectarse, pueden convertirse en portadores silenciosos y contagiar a los más vulnerables.
En tiempos donde muchas enfermedades han vuelto a aparecer, la prevención es una tarea que empieza en casa y se extiende a toda la sociedad. La tos ferina se puede prevenir. Pero depende de todos: del Estado, del sistema de salud, de las escuelas y sobre todo, de los padres.